En Malewail, recogen una serie de situaciones en la que una desgracia parece una bendición:
Bueno: Tu mujer está preñada.
Malo: De trillizos.
Peor: Te hiciste una vasectomía hace cinco años.
Bueno: Tu mujer no te habla.
Malo: Quiere divorciarse.
Peor: Es abogada.
Bueno: Tu hijo por fin está madurando.
Malo: Tiene una relación con la vecina.
Peor: Tú También.
Bueno: Tu hijo estudia mucho en su habitación.
Malo: Encuentras películas porno allí escondidas.
Peor: Tú sales en ellas.
Bueno: Tu churri y tú coincidís, no queréis más niños.
Malo: No puedes encontrar las pastillas anticonceptivas.
Peor: Tu hija las cogió prestadas.
Bueno: Tu marido entiende de moda.
Malo: Es un travesti.
Peor: Le queda mejor que a ti.
Bueno: Le das la charla a tu hija sobre la 'semillita'.
Malo: Ella te interrumpe.
Peor: Con correcciones.
Bueno: Tu hijo queda con alguien.
Malo: Es un hombre.
Peor: Es tu mejor amigo.
Bueno: Tu hija tiene un nuevo trabajo.
Malo: Como stripper.
Peor: Tus compañeros de trabajo son sus mejores clientes.
Lo peor de todo: Gana más que tú.
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